En el
año 2011 muchas cosas diferentes acontecieron.
Muchas
cosas acontecen desde puertas hacía dentro pero también hacía
afuera. El pomo de la puerta a veces se abría para quien llamaba
desde afuera, otras veces, simplemente parecía que el que llamaba
para entrar no podía encontrar el timbre y tornaba sus pasos hacia
atrás sin ni siquiera llamar. Desde el otro lado de la puerta, “mi
lado”, no eran pocas las ocasiones en que yo veía que quien quería
entrar se aproximaba, ¿mi respuesta? Esperar. Esperaba a que tocase
y solo en tal caso me aproximaba y le invitaba a entrar. Tengo que
decir que eran las más, aquellas en las que lo escuchaba aparecer y,
ante mi miedo yo tomaba la peor actitud: como él no tocaba el
timbre, yo no abría tampoco.
Como
venía... se iba sin llamar. Como no llamaba... yo no abría y se iba sin
más.
2011
fué un año muy dispar.
Fué
en todos los aspectos un vaso unas veces llenos y las otras vacío.
Hubo oportunidades que surgieron, oportunidades que unas veces
pudieron ser aprovechadas y otras no. En el plano laboral no estuvo
mal, lleno de projectos que me aportarían a veces más y otras
menos. Un año que me mostraba viajes de negocios por toda Inglaterra
e Irlanda, y business en la Semana internacional de la moda de Milan
y Madrid.
En
Marzo ponía capuccinos en un restaurante de Chelsea. En Agosto me
tomaba un baño en el spa de la última planta de uno de los hoteles
más lujosos de Milan con la perspectiva del atardecer del sol de la
toscana italiana.
En
todos los aspectos, un año dispar.
Un año
que me hizo madurar más, un año de ingeniudad puesto que yo creía
que conocía el amor. Por supuesto, un año de desencanto por cuando
se marchó. Ahora pienso que, si hubiera tomado otras decisiones
sobre los pequeños aspectos de la vida rutinaria, quizás el
verdadero amor sí que hubiera llegado antes. Aunque Él decidió que nos encontraramos en el momento apropiado: el
momento en que ambos necesitabamos del otro. El momento de un cruce
de vidas.
Ella es para mí un regalo con forma de bendición.
De
2011 a 2012, las canciones de Brandon Flowers pasaron de ser tristes
a convertirse en melancolía. El verano vino a visitarme a
Inglaterra. Paseaba por la calle y quien nunca parecía immutarse te
devuelvía una sonrisa. Las gaviotas que antes tenían una mirada
desafiante se conviertían en animales pacificos. Las parejas de
ancianos que viajan en el tren no pararían de besarse y sus cojeras
parecían más amigas que nunca (serían el símbolo de la unión
total y absoluta); mientras colocaban su equipaje en el departamento
habilitado para ello, un joven veinteañero se acercaría para
ayudarles; los chicos de color que viajaban en frente de mí no paran
de sonreir y bromear, mientras la ancianita que viajaba al lado disfrutaba leyendo un libro sobre la felicidad.
Quizás
esta la imagen que estoy tomando de 2012.
Terminé
en un trabajo que me estaba ahogando personalmente, y parece que
otros mejores comienzan a acercarse.
Siempre
sucede algo en el día 3 de cada més en 2012.
3 de
Enero de 2012 – Viaje de vuelta a Inglaterra, después de una de
las mejores navidades que recuerdo.
3 de
Febrero de 2012 – Regreso a Londres para trabajar un mes y vivir
junto con mi familia inglesa.
3 de
Marzo de 2012 - La mujer más maravillosa que he conocido entra en
mi vida.
3 de
Abril de 2012 – Último día en el trabajo.
3 de
Mayo de 2012 – Viaje a Sevilla para que Priscila y yo podamos
disfrutar de familia (y amistad).
¿3 de
Junio de 2012?
El 3
de Junio fué el Diamond Jubilee en Inglaerra. Fiesta popular, como
bien en este país, la lluvia no podía faltar a su cita. La Reina
realizaba un paseo en barca por el Tamesis, saliendo de la antigua
central eléctrica de Battersea Park , justo en frente de mi adorado
Chelsea Bridge (zona que fué mi casa durante varios meses).
En Battersea Park tuve el placer de que mi vida coincidiera con la de Angelo.
Cosas
de la vida, Angelo era Brasileño. Quizás fuera la primera persona
que me comentaría sobre añorar Brasil. Angelo tenía unos
50 años y era un afamado sastre en Chelsea, con clientes más que
pudientes y adinerados. Durante años vivió en Londres, montó su
negocio y allí compro un bonito piso en Battersea Park.
Una zona que
por aquel entonces y según él decía, estaba destinada a
converstirse en una de las mejores áreas de Londres. Invertir en un
lugar que está llamado a ser cosmopolita en una de las ciudades más
cosmopolitas del mundo podría ser una inversión segura, sin
embargo, eso no fué así.
Hoy día Angelo todavía podría estar
esperando a que la Northern Line montase su “pequeño quiosco” en
los alrededores de Battersea Park para poder coger el metro y
desplazarse a otros puntos de la cuidad evitando el caos circulatorio que contradecía el precioso ocaso que cada atardecer ofrece el Puente de Chelsea.
Aunque Angelo esperaba a la
linea del Norte, él contaba con el acceso a la de línea de los Ferrocarriles
Sureños cerca de su casa. Unos
ferrocarriles que, casualidades de la vida, son el medio para llegar
a Eastbourne, mi actual lugar de residencia.
Vivir
con un brasileño como Angelo fué, sin duda, mi primera parada antes
de llegar a Eastbourne y mi primera experiencia familiar en
Inglaterra.
Él me
proporcionó esperanza en la búsqueda del trabajo, él me ayudó a
entender un poco mejor esta ciudad y me subió mi autoestima cuando
estaba un poquito desmotivada.
Mientras
tanto, él sufrió muchísimo.
Lamento
mucho no haber podido despedirme de él. Lo intenté varias veces
pero no pudo ser. Un día, hace dos meses, recibía un mensaje de
texto de una de sus sobrinas el cuál decía que Angelo no había
podido ganarle el pulso al cáncer.
Sus
cenizas descansan entre los árboles de su amado Battersea Park, allí
donde iba tantos atardeceres a pasear. Su cuerpo es ahora parte de Battersea Park donde todos los días contempla esos atardeceres que tanto amaba.
Supongo
que le debía unas palabras desde aquí:
“ Meu
amigo,
espero
que você estejam muito bem
onde
você agora está.”
El 3
de junio de 2012, cuando yo me sentaba enfrente del televisor y veía
a la Reina salir de Battersea Park, yo no podía evitar acordarme de
Angelo. Él fué mi primer atisbo de sentimiento de familia en
Londres y, cosas de la vida, Angelo era brasileño.
Ese
día me sentaba en frente del televisor de la casa de Marta para ver a
la Reina de Inglaterra pasear por el Támesis.
Marta
es una de las tías de Priscila, quizás después de su madre,
aquella que tiene un mayor peso en la familia en Londres. Como ya
hizo otras veces, y como parece que le encanta hacer, ese día toda
la familia se reunió en su casa para degustar una exquisita comida
brasileña. Para más, Marta vivió en Sevilla durante un tiempo y
eso obviamente me ayuda a que me sienta un poco mas cerca de casa. Su
marido es árabe y una persona con un corazón enorme. Las niñas, tienen una mezcla
de cultura árabe y brasileña, criadas en Londres y habiendo vivido
en Sevilla (Sarah, la mayor es una enamorada de nuestras gentes,
nuestras culturas y la ciudad. Habla como unos 5 idiomas y el español
lo hace con acento sevillano).
Es una
niña que se hace querer muchísimo y siento que tiene un
feeling especial por mí. Claro que el sentimiento es más que mutuo.
Después
aparece Luana, el ojito derecho de Priscila. Creo que si Xabulo
coincidiera con ella, habría una guerra de celos entre bebés por
quedarse con Priscila.
Claro que, ¿quién no se pelearía por ella?
En el
Diamond Jubilee, toda la familia de Priscila se reunió para comer y
simplemente celebrar el cariño que entre todos se muestran.
Nada
más y nada menos. Para ellos un día de reunión sin más, para mí
estas reuniones me dan muchísimo en un país tan grís.
Y allí
estaba yo una vez más, sintiéndome querido como el que más y sintiendo
que tengo una familia en un país que era tan frío que las canciones
de Brandon Flowers solo eran tristes y el invierno era casi
permanente en mi corazón. Paseaba por las calles y nunca nadie
parecía immutarse, las gaviotas tenían una mirada desafiante. Las
parejas de ancianos que viajaban en el tren nunca se miraban y sus
cojeras parecían más enemigas que nunca (eran el símbolo de la
desunión total y absoluta), mientras colocaban su equipaje en el
departamento habilitado para ello, un joven veinteañero los miraba
sin ayudarles; los chicos de color que viajaban en frente de mí
agachan su cabeza pareciendo preocupados y, mientras tanto, la
ancianita que viaja al lado trataba a duras penas de leer un libro
sobre la felicidad.
2011
me está trayendo muchas cosas y está quitando otras. Parece que
quita las malas y pone las buenas.
Este
año me ha regalado a una mujer maravillosa y esa mujer me ha
regalado el amor de una familia.
Pero
cada vez que estoy con esta familia YO SOLO PIENSO EN LA MÍA, en lo
feliz que sería si pudiera estar más a menudo con ellos y en lo
feliz que sería si ellos pudieran estar aquí conmigo y disfrutar de
muchos 3 de Junio y de toda “mi familia brasileña” en Londres.
Hay noches que son de compañía,
y noches que son de soledad.
Cuando la soledad asoma
escucho los campanilleros
para sentir su calor de nuevo.
Se los canto a ella muchas noches
antes de dormir
y se los cantaré a tus nietos
para que como yo hicía
puedan dormir feliz.
La niña de la Puebla y los campanilleros