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sábado, 4 de junio de 2011

Barcelona y Del... Lujo!

12.30 Salgo de casa en Londres.
13.00 Me paso por el antiguo trabajo a recoger lo que me adeudaban.
13.30 Me dirijo al banco
13.40 Media hora en el London Underground.
14.30 Bus destino London Stanted.
15.45 Llegada al aeropuerto.
18.30 Salida del avion con destino Barcelona.
20.45 Llegada al Prat.
21.15 Tren destino estación de Sants.


Despúes de un día de bastante agetreo, cansado de viajar y dedicando el tiempo del vuelo al estudio, con mil cosas más en la cabeza (por ejemplo, dejo Londres en el lunes 6 de Junio), y algo desconcentrado, voy y me encuentro a "el despellejado".


"El despellejado" es un individuo singular. Ese día portaba una antigua sudadera gris, un casco en la mano, pantalones vaqueros, gafas negras de pasta de gran grosor y pelo agitado. 


Sin poder percibirlo, este individuo que frecuenta conversaciones en un lenguaje muy formal,  apareció por mi espalda y me dijo muy sutilmente al oido: "Que pasa chatín".


"El despellejado" me dió un gran abrazo y yo se lo devolví varias veces. Hacía ya muchos meses que no me veía con él y reencuentro fue genial. Sin tiempo para nada, y debido a las circunstancias (todo acontecería a la mañana siguiente, tempranito) partimos en su gran motocicleta rumbo al hostel Girón.


El hostel propiedad de "el Despellejado" es un lugar muy acogedor. Dieños vanguardista, dispone de un amplio salón de reunión, una gran televisión y está equipado con los mejores entretenientos. Resulta raro que, para ir a la segunda planta haya que subir tres, pero al fín y al cabo, Barcelona está en otro país. 


Dejamos el equipaje y a comer. 


A comer cargado de apuntes. Tenía los nervios que rondan en la noche antes de un examen, pero afortunadamente, "el despellejado" supo hacer que estos se apaciguaran: "Siendo tu mismo, chatín, todo saldrá perfecto". Comentaba con su voz tranquila, asintiendo con la cabeza y afirmando con seguridad.


Y en eso estuvimos. Intercambiamos miles de conversaciones. Sobre mí, sobre él, sobre el trabajo. Cumplimos con la tarea de preparar la entrevista pero, aún nos faltó tiempo para nosotros.


Luego marchamos al hostel. "El Despellejado" me dió un extraordinario lugar donde pasar la noche, sábanas y toallas de baño, un lugar para colgar el traje... pero lo más importante fué la sensación de que su casa era mi casa. 


A la mañana siguiente, un maravilloso desayuno descansaba sobre la mesa de la cocina. "El despellejado" había echo algo que, aún estoy esperando de cierta ragazzina (mi niña, si lees esto estoy bromeando, ya sabes como soy). 


Tras ello vino la entrevista. Y aunque no quiero tirar campanas al vuelo, la cosa fue bastante bien. Y se que no hubiera sido así sin la ayuda de "el despellejado". 


Y luego visité Barcelona. Y encontré una ciudad diferente a lo que esperaba. 


Encontré esa magia de las que muchos me habían hablado. Y pude descubrir su caracter cosmopolita (hubo momentos en el tren donde la gente solo hablaba inglés). Y tuve tiempo para pagar mi impuesto de andaluz: Dícese del tipo de impuesto que paga el andaluz, normalmente dos o tres veces por semana en Barcelona y a veces incluso más, consistente en la participación en conversaciones entre catalanes acerca del actual estado la catalanidad. 

Y tuve la suerte de sentir esa ciudad, sentirla de una manera diferente.






No tengo palabras para con este individuo. Por todo lo que ha echo por mí desde unos meses atrás. Que quizás para él no sea nada pero para mí es mucho.


Solo lamento no haber gozado de más tiempo para estar contigo. Lamento mis nervios durante estos días, porque el cúmulo de cosas que estoy viviendo son muchas. Y agradezco tener a gente como tu en mi vida.


Gente trabajadora que valora la amistad, que sabe transmitar la tranquilidad en el momento que debe de tenerse, gente con detalles... no sé como voy a devolverte esto pero si quiero decirte que seré enormemente feliz si un día se me despelleja la cara igual que a tí, tomando juntos un baño dorado en una playa... al sol de Barcelona.





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