Powered By Blogger

viernes, 6 de enero de 2012

La canción de la araña triste y la araña alegre





La araña tenía hoy menos patas.
Se ha parado como siempre delante de mi cara
y ha dibujado una pose que la desdibujaba.
Tres movientos extraños han convertido el cruce en una encrucijada.

La araña no estaba hoy colgada.
Me ha dicho que los ingleses le amargan
y que si le hablan de cerca, le dan arcadas.
Tres años lleva buscando las luces que se ocultaban tras su cascada.

La araña presa llora y llora
a pesar de no estar desatada.
El cielo que estaba cerca
con la noche se alarga.

Se escuchan los andares de la araña
que llena el viento con sus pisadas.

La araña presa no tiene amarras.
Aquella que es libre nunca se escapa,
pesan las piedras que a sus pies se atan.
La distancia al cielo la miden los tonos de una triste serenata.

La araña triste ha sido rechazada.
Aquella que es alegre se calla
y el ruido del silencio inunda la sala.
La niebla sale de las paredes llena de ira enrrabietada.

La araña presa llora y llora
a pesar de estar encerrada.
El cielo no está tan cerca,
la noche lo espanta.

Se escuchan los andares de la araña
que llena el viento con sus pisadas.

La araña se para, te mira y pasa.
Mi mirada quieta permance agachada.
La araña triste vive el día obsesionada
y la araña alegre sólo trata de esquivarla.

La araña triste es puntual y rara,
la araña alegre se rie a sus espaldas.
La araña triste nunca llora por nada,
la araña alegre vive encerrada.

La araña presa llora y llora
a pesar de no estar encerrada.
El cielo se queda en vela
escuchando los andares de una araña
que llena el viento con sus pisadas. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario